Simplemente yo

sábado, julio 30, 2005

La justicia perdió el norte

Luego de un tranquilo lunes donde pensé que los ladrones, homicidas, etc, etc, etc, estaban de vacaciones, me había equivocado, y mi semana fue muy movida.
El martes, a primera hora, y gracias a que tengo muy buenas migas con ambas policias, me soplaron que en Puchuncaví había aparecido una mujer muerta. Llamo a mis jefes para saber si me pegaba el pique o no, y luego de 10 minutos de divagaciones de ambas partes, el gráfico y yo nos mandamos a cambiar a Puchuncaví. COn lo que yo no contaba era que el dato había sido TAN FRESCO, que llegué antes que la Brigada de Homocidios de Investigaciones y aterricé en el lugar junto con la fiscal. Estaba ahí, frente al cuerpo de una mujer muerta de un tiro en la cabeza que dejaba dos hijas, que cuando yo llegué ahí todavía no se enteraban. Fue atroz, porque también llegué con unas señoras que estaban preocupadas por su hermana, y temían que fuera ella quien estaba muerta bajo la lona con la que taparon el cuerpo. La fiscal le dice, "ha sonado un celular en la mochila de la víctima", la señora saca su celular, marca un número... el silencio era ensordecedor, yo no quería escuchar, pero lamentablemente sonó. Desde la mochila de esta mujer una melodía confirmaba los temores de estas dos mujeres que comenzaron a llorar.
Y yo estaba trabajando, yo estaba CUBRIENDO, SABEN LO INCÓMODA QUE UNA PUEDE LLEGAR A SENTIRSE AHÍ!!! mi yo humano me decía, no le preguntes nada y mi yo profesional, me empujaba, pregúntale desde cuando estaba desaparecida, cuando notaron que no estaba, si tenía enemigos. Estuve como desde las 9 de la mañana hasta como las 11 dudando de qué hacer y que no, hasta que en un rato, la fiscal se separa de la hermana de la mujer muerta, y yo decido acercame, lo primero que le digo, es "lo siento" y que si no quiere hablar la entiendo. Para mi sorpresa, si quería hablar, quería decir que no creía que fuera un accidente como se creyó en primera instancia, que de plano esto era un asesinato. Yo PLOP!. Dentro de todo el dolor, la mujer quería dejar bien en claro, que no era accidente, y tenía razón, después que llegó BH (Brigada de Homicidio) se constató que había recibido un escopetazo en la cabeza, y las heridas era de los perdigones.
Cuando dijeron eso me acordé de la conversación que tuvimos con un carabinero, mientras los dos mirábamos la escena del crimen, la mujer estaba con el polar, la mochila y los brazos en la cabeza, y yo le dije al carabinero, esa es una actitud de miedo, pareciera que de pronto se tapó la cabeza, se le subió el polar y la mochila se le fue encima. Pero ahí creíamos que la habían matado y la habían tirado ahi o que era un accidente.
Después me fui al diario, despachando la noticia por teléfono y después la terminé ne la oficina, entremedio de llamados de mis jefes preguntando datos para las lecturas de fotos de la portada.
EN LA CASA DEL ASESINO
En la tarde, obviamente me mandaron de vuelta a Puchuncaví (una hora de viaje) para saber más cosas del caso. Llego al lugar a preguntarle a los vecinos, y no encuentro nada mejor que entrevistar a la mujer que encontró el cadaver, justo en frente de su casa. Me tengo que dar toda una vuelta y meterme por un pasaje. Los vecinos, me apuntan cuál es la casa de la víctima y sus hijas y cuál es la casa donde la encontraron. No eran más de 30 metros.
Me acerco a la casa con el gráfico. No hay timbre. Veo una pelota de tenis, y presumo que hay un perro, así que no quiero entrar a esa casa, había que caminar unos buenos metros antes de llegar a la entrada, el gráfico opina lo mismo, pero los dos sabíamos que teníamos que pasar. Mientras caminaba con miedo a que apareciera un perro, otro miedo más grande comenzó a jugar con mi mente, ¿qué pasaría si el asesino estaba esconcido por ahí, con su escopeta? podría matar a cualquier persona, más si veía que extraños llegaban hasta un pueblito tan chico como es Puchuncaví, para buscar detalles de todo lo sucedido. Llegamos finalmente a la puerta, tocamos y sale una señora, no quiere decir nada. Así que me voy. Más tarde me enteraría que esa casa era la del asesino, quien aparecería muerto al día siquiente colgando de un árbol. Al parecer el crimen era pasional.
MADRE DESNATURALIZADA
Cuando pensé que ese día lo había visto, llego a Viña y me topo con otro macabro hecho, una mamá había dado a luz a un hijo, y lo había metido en una bolsa de plástico y botado a la basura. Ojalá esa desgraciada se pudra en la cárcel. El hijo había nacido muerto, al menos eso arrojó la autopsia, pero de todas maneras le presentarán cargos por infanticidio. Aunque a decir verdad, lo más probable es que quede libre de polvo y paja, porque la defensoría, que lamentablemente son más pillos y más inteligentes que las fiscalías, basará su defensa en que la mamá del año, presenta depresión desde el 2000 a la fecha.
Los días siguientes, cubrí coletazos de los hechos y choques varios. Además, obviamente de continuar con mis otras pegas.
En esta semana, cubriendo policial, donde fui a entrevistar familias víctimas de asaltos con violencia, una nota que demuestra que los cercos eléctricos han aumentado EN UN 300% EN LOS ÚLTIMOS TRES MESES, me ha demostrado que las calles ya no son para los buenos, y que nuestras casas se tendrán que trasnformar en verdaderas cárceles de alta seguridad, pero no para que no escapemos, sino para que nadie entre. Los buenos prisioneros y los malos sueltos. Estamos mal. La justicia perdió el norte.

2 Comments:

At 2:55 p. m., Blogger mili said...

La justicia, querida animala, NUNCA HA SABIDO DONDE QUEDA EL NORTE!!!

 
At 3:55 p. m., Blogger Animala said...

Eso es una parte, tambien se pueden hacer otras cosas y un buen periodista tiene que pasar por todas. Y aunque me cueste decirlo, de todas las secciones por las que he pasado, policial es la más entretenida :S siempre hay tema y no siempre tocan situaciones incómodas. Se hacen denuncias. Muchas cosas no dejes que el bosque no te deje mirar los árboles.

 

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